sábado, 30 de junio de 2018

Ni santos ni diablos

Ni ángel con alas negras, ni profeta del vicio, ni héroe en las barricadas, ni ocupa, ni esquirol /…/ Lo niego todo, aquellos polvos y estos lodos, lo niego todo, incluso la verdad. La leyenda del suicida, y la del bala perdida, la del santo beodo, si me cuentas mi vida, lo niego todo /…/”
Se quedó mudo y mudos nos quedamos algunos al escuchar tanta verdad en esta canción cuando la compuso. Es lo que me encanta de Sabina, que sincera y sencillamente se sitúa a ras del suelo y así, también, a mí me hace pensar dónde me sitúo yo, cuando los demás me “ubican” en otro lado, por apariencia, por lo que les han dicho o simplemente, por una acción determinada en un momento concreto. 
He recordado estos días especialmente, y con motivo de ese último concierto que Sabina no acabó, qué sentía yo cuando escuchaba esa canción en el momento en que estaba en pleno discernimiento para venirme a Haití. 
Mucha gente me preguntó si lo pedí yo. Yo, personalmente, no lo pedí, sin embargo la propuesta de salir hacia un lugar donde estuvieran los más pobres, se encontró con una búsqueda que hacía tiempo llevaba haciendo en este sentido. Aún así el proceso y tiempo de discernir fue difícil, pues enseguida y de manera inconsciente nos “agarramos” a nuestras seguridades y a lo que consideramos pequeños absolutos de nuestra vida cotidiana. “Ni héroe en las barricadas, ni ocupa, ni esquirol” que dice el poeta. Ni miedos infranqueables ni valentías que valgan. Debilidad, pasión y fragilidad es lo que sentía… 
Quizá la experiencia más honda la tuve cuando, a pesar de todas las justificaciones que me daba, para no dejar lo que en ese momento hacía en España, fue cuando no podía negar la evidencia de que por dentro había una fuerza a la que no podía resistir negarme. Era como la seguridad de que aquello es “para ti”, de que ese es “el momento” de saltar a la incertidumbre de Dios, aunque desde fuera pareciera una verdadera locura, “la leyenda del suicida… si me cuentas mi vida, lo niego todo”…
Para mí, y con esto acabo, está siendo una experiencia de Gracia. El impulsó que sentí en su momento para decir “sí” a este salto, se ha visto confirmado cada día en estas gentes. El “despojo”, solo aparente, que hice en el mes de noviembre, me hace sentir ahora una libertad profunda, interior, que no puedo describir bien. Es el descubrimiento “vital” de que Dios es parcial. De que su humanidad se desvela en la crudeza del desnudo y que su vaciamiento solo tiene sentido, vivido “desde el nuestro”. Esa es la grandeza de la Encarnación y por eso es tan difícil de entender “a ojos humanos”. Por eso incluso “lo niego todo, incluso la verdad…” la que hacemos nuestra tan pequeña…
Quizá el sentirme nada, nadie aquí, es lo que está haciendo descubrirle a Él y su Fuerza de nuevo.
La limitación inicial en la comunicación, el no saber la cultura, sus hábitos, el porqué de su violencia y al mismo tiempo su ternura y la creencia en “Papa Bondye”, solo puede ser comprendido si se experimenta. 
Cuando alguien me decía, antes de partir, que era valiente, yo contestaba riéndome “dejémoslo en ignorante”… No sabía que efectivamente lo era, ignorante de lo que Dios regala cuando uno “vuela”. 
No sé cuanto tiempo estaré aquí, quizá dos años, tres… pero quizá seguiré diciendo que ni santos ni diablos… ¡¡Somos lo que somos y a veces ni eso!! Gracias Sabina una  vez más…



domingo, 10 de junio de 2018

Aqui tienes tu Visa. Bienvenida

Un pequeño carnet, al que llamamos pasaporte, es lo que nos diferencia a unos de otros en determinados momentos. Así de sencillo y de simple. 

He tenido la suerte de viajar en poco tiempo a Santo Domingo y Panamá. Dos países cercanos a Haití, y con unas diferencias abismales solo a la vista. ¿Cómo puede ser estando prácticamente juntos y perteneciendo a un mismo continente y Trópico? 
Solo leer un poco de su historia, y ya encuentras muchas respuestas. Y aquí todos, quien más y quien menos, tenemos cierta responsabilidad, aunque sea solo para conocerla. 
Las fronteras según quien seas y cómo las pases, se visualizan de diferente manera. 
Para mí, Haití es frontera, en todos los sentidos. Cuanto más lo veo, más lo pienso. Y cuanto más vivo más lo siento. 
Un país en el que se podría vivir sin contaminación, rodeado de monte, de mar y de océano, con una riqueza en biodiversidad increíble por la zona en la que está. Un sitio donde solo con la fruta que se recoge, cuando no la que cae por su peso al suelo sin que nadie ya la quiera, podrían vivir miles de familias. Y, sin embargo, cuesta imaginar que esto existe cuando entras por esas vallas de acero, desde Santo domingo, y lo primero que ves es el monte “literalmente comido” sin medida y orden. Y, como contraste, el hermoso mar al otro lado… 
Es frontera porque mientras que en el país de al lado hay lugares, en plena ciudad, donde pasear y contemplar belleza en los edificios, limpieza en las calles y cierto orden en la circulación, en Haití solo paseas cuando sales de Puerto Príncipe buscando lugares más serenos en los pueblos de alrededor. Es la Capital y, sin embargo, cuesta transitarla. 
Es frontera porque si quisiera vivir solo de la pesca, ésta no tendría competencia… Rodeada de mar y Océano languidece de políticos que velen por el bien común y hagan de este puerto un verdadero hervidero de vida. 
Y, aunque esto sea cierto, sueño, viendo estos otros países, con que éste llegará algún día, a mostrar su calidad y fuerza que, ahora, está “escondida”. Sueño, de verdad, sobre todo cuando tornan los que en su día vinieron y cuentan con alegría los cambios que ven y perciben, que los haitianos levantarán poco a poco su tierra, porque ya lo están haciendo.
Sueño con una frontera abierta, no de tierra y polvo, donde los comerciantes no se vendan contigo y todo el mundo pueda ir y venir dentro de esta inmensa isla, sin poner trabas al color y al idioma… 
Leer la historia e imaginar sus vidas me ha hecho mirar más adentro y tocar su resilencia como espiral de salida. 
Aquí tienes tu Visa. bienvenida. 

Ya estamos todos

Referentes Vs influencers

 Hoy me decía una persona que necesitamos "referentes". Y lo hacía en medio de un diálogo sobre lo que significa la educación y la...