El otro día me preguntaba una amiga cómo me había sentido al aterrizar en España. La pregunta tenía cómo objetivo, intuí pronto, narrar los contrastes posibles que estaba viviendo pues son dos realidades, España e Haití, efectivamente, bien diferentes.
"En la gloria" fue mi respuesta. Sí, le dije ante su risa extrañada. Estoy disfrutando todo lo que puedo de lo que tengo aquí:, de la gente, de la ciudad, de los paseos... de cosas que allí no puedo. Y allí disfruto también de lo que tengo: de la relación con otras personas, de lo que vivo, de la hondura con que se descubren las cosas...
Y es que creo que cada "sitio" tiene su lugar en mi. No juzgo lo que aqui se vive, porque sé que desde aquí se hace mucho, pero mucho, por los que vivimos allí. Y desde allí se abren mucho los ojos a los que tienen otras oportunidades aquí. Y también se abre mucho su corazón...
Estamos en un mundo global en todos los sentidos. Y tenemos la capacidad y el "poder" de ser puente entre realidades diversas. No no empeñemos en juzgar lo que hacen unos y otros, porque cada persona es eslabón de la misma cadena. Sumemos esfuerzos, aunemos sensibilidades. No somos conscientes, a veces, de la fuerza de nuestros gestos... Los más sencillos.
Todavía me quedaré aqui un par de semanas... Y seguiré, no lo dudéis, disfrutando de lo que cada día me regala.
Bendito pasaporte...
😉
