Es una profesión que valoro mucho porque es de las verdaderamente vocacionales. La rama de la salud, en general, junto con la educativa, son de las que creo que una sociedad que quiera desarrollarse plenamente, tiene que invertir.
Y cuando ves personas, muchas, esperando que las reciba un médico, una enfermera, una analista... que han llegado con un equipo de gente, en una furgoneta llena de bártulos y medicinas la tarde anterior, se te confirma y emociona, al mismo tiempo.
Ha sido mi primera experiencia en una salida de Clínica movil. MOBIKLIN-JM es el nombre que en su día este grupo de gente, junto con Isa, y de manera absolutamente altruista, decidieron acercarse a poblaciones donde el hospital más próximo suponía el "no tenerlo".
Nos dejaron un albergue - cada salida esta amparada siempre por algunos religiosos o religiosas y parroquias que saben, porque viven allí, de esta necesidad imperante-, y nos dejan un sitio donde "desembarcar" camilla, sillón dental, medicinas, alimentos, etc., el día anterior a la apertura de la puerta.
Dos horas antes, da igual la ruta, ya hay gente esperando. Y los que llegan más tarde no les importa hacerlo porque están acostumbrados a la lentitud de las horas.
Estaba aquello lleno de niños con sus madres, sobre todo. También, claro, hombres que necesitaban, quizá, la escucha y atención.
Abrimos a las 7.30h de la mañana. Llevábamos las medicinas compradas con el dinero que quedaba, y prácticamente desaparecieron a las 18.00h de la tarde. La última bolsa de comida que se repartió -un pequeño "kit" que preparamos con aceite, maíz, harina y arroz- se la llevó la ultima mujer que salió hacia su casa. Eso se llama "Providencia". Ya lo aprendí en Sevilla, en ese maravilloso sitio donde estuve cuatro años.
Yo estaba en la zona de las medicinas y repartiendo las bolsas. De vez en cuando me paseaba y me reía con los niños que, lógicamente, jugaban como si aquello de esperar lo hicieran todos los días. Hacía fotos de vez en cuando, para poder redactar proyectos y dar fe de lo que allí se gesta... y me encantaba cuando posaban las mujeres...
No sabemos lo que tenemos. Lo dichosos que somos en los cuidados que nos dan. Me pregunto si nos levantamos agradecidos "por tanto bien recibido". Yo lo hago.
Queremos que esto siga adelante. Si queréis contribuir, ya sabéis donde me tenéis.
Asi de sencillo, porque nosotros nos empeñamos en no serlo. "Aprender a leer la letra pequeña", que dice Gonzalez Buelta, s.j. y que tanto bien me ha hecho. Disfrutar de la amistad, de los buenos ratos con una tapa y una cerveza; del sol y de la lluvia, cuando cae; de los viajes, de las oportunidades; de la risas y los desgarros; de la libertad y de las ataduras que siempre hay... Simplemente.
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